Miriam Pérez Prieto. Duelo Animal

Durante mucho tiempo no entendí que el vínculo con mi perrita Inuk había sido tan grande, tan profundo y tan transformador… que su pérdida y la mala gestión de su duelo me enseñó todo lo que no hay que hacer cuando atravesamos un duelo.
Sí: me hice experta en duelos evitativos.
Ese fue el primero de muchos.
Volví a repetir el patrón con la muerte de mi abuela materna, con mi padrino, con mis abuelos paternos, tíos…
Y también con todas las pérdidas gestacionales que me acompañaron durante ocho años.
Silenciosas. Invisibles. Guardadas en el cuerpo.
Hasta que pasó lo inevitable.
Porque hay algo que necesitas saber:
LOS DUELOS NO GESTIONADOS NO DESAPARECEN…SE ACUMULAN!.
Uno a uno…
Hasta que llega la gran ecatombe emocional.
Y eso fue lo que me pasó.
Después de años evitando el dolor, mi cuerpo colapsó.
Tuve que parar. Y aprender. Y reparar.
Ahí entendí cuál había sido el verdadero problema:
Desde niña me enseñaron (con amor, pero sin conciencia) que evitar el dolor era protegerme.
Y yo aprendí esa lección…
Pero esa lección había que desaprenderla.
Porque lo que no se llora… se grita por dentro.
Y así empezó mi verdadero camino con el duelo.
Me formé. Estudié. Me pregunté qué había hecho mal.
Quise encontrar una forma de que no volviera a pasarme.
Y, sobre todo, supe que no quería que le pasara a nadie más.
Porque en mi familia… todos llevábamos el duelo del mismo modo: en silencio.
Hoy sé algo con certeza:
Los duelos no se superan. Se transitan.
¿Pero esto tan valioso no podía ser solo para mi?, así que decidí compartirlo con los demás…y aquí estoy ayudando a personas que como tú que sienten que necesitan que alguien que los acompañe a transitar este duro y transformador camino que es el duelo de tu compañero/a animal.